La información que vamos brindar en esta nota te será de mucha utilidad si tienes el proyecto serio de intentar uno de los volcanes más lindos de la Patagonia. Somos Guías de Montaña (AAGM) establecidos en San Martín de los Andes y el Volcán Lanín es una de las montañas que más frecuentamos y nos encanta guiar. La conocemos muy bien y queremos compartir nuestra experiencia y conocimientos para ayudarte a planificar tu viaje de aventura hacia este imponente Volcán de la Patagonia.

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A priori la respuesta correcta indicaría que en los meses de verano contamos con días largos y soleados, con pocas probabilidades de mal tiempo, con baja incidencia del viento, factores que le permite al montañista ampliar sus probabilidades de lograr la cumbre.

Pero además del estado del tiempo ¿cómo serán las condiciones del terreno, la disponibilidad de plazas en los refugios y sectores de armado de carpas y de agua para cada periodo? Además se plantea el interrogante de saber si las condiciones ambientales optimas requieren de menos estado físico.

Llegando al refugio 2315m. en el mes enero con calor y pantalón corto

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La temporada de ascensos en el Volcán Lanín.

Esta se extiende desde comienzos de octubre hasta los primeros días de mayo, a principios de temporada hay que tener en cuenta como fueron las condiciones del invierno en cuanto a cantidad e intensidad de las nevadas. Otro elemento a tener en cuenta es que el Lanín supera en altura en casi 1500 metros al promedio de las montañas de la cordillera en esa latitud, ésta condición de exposición a los vientos y factores meteorológicos hacen que el tiempo varíe brusca y rápidamente y con ello las condiciones del terreno. Podríamos decir que hasta los 2800 msnm es una montaña con condiciones de terreno muy buenas con una senda solida, con pendientes sostenidas de mediana inclinación y se transita algo protegido de la incidencia de los vientos. Desde los 2800 msnm y hasta la cumbre las condiciones se tornan cada vez más exigentes, con pendientes inclinadas, expuesto a los vientos y sin una senda consolidada.

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Descanso en pendiente heladas a principios de temporada.

A principios de temporada en los meses de octubre, noviembre y primeros días de diciembre (dependiendo de la intensidad del invierno), es para mi gusto una de las mejores épocas, ya que la presencia de nieve otorga al montañista la oportunidad de experimentar, en menor grado, la intensidad de la montaña invernal. En esta época los días son cortos, con menos horas de luz y con bajas temperaturas, sobre todo en octubre, aconsejamos contar con muy buen equipo haciendo hincapié en botas, guantes y camperas que deben ser de excelente calidad. No existe agua líquida en la zona de refugios, por lo que aconsejamos tener en cuenta el suficiente combustible para derretir nieve. En cuanto a las condiciones del terreno la presencia de neveros transitables se extienden desde la zona de refugio hasta la cumbre teniendo que utilizar los crampones durante todo el segundo día por pendientes inclinadas. Las condiciones meteorológicas son inestables pudiendo variar en poco tiempo. A medida que nos acercamos a diciembre las condiciones mejoran con notoriedad y en horas de la tarde es posible recolectar agua de deshielo. En cuanto a la exigencia física, intentar la cumbre en este periodo no solo requiere de excelente estado físico, sino mental ya pone a prueba nuestra determinación.En esta época se percibe la intensidad de la montaña.

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El día de intento de cumbre en verano.

En temporada alta, desde principios de diciembre y hasta mediados de marzo, además de contar con buenas condiciones de tiempo tenemos que tener en cuenta que en esta época la mayoría de la población dispone de sus vacaciones y recomendamos, a aquellos que no contratan guía de montaña para realizar el ascenso, realicen reserva de plazas en la Administración de Parques Nacionales.con anterioridad, sobre todo los fines de semana largo. Respecto de las condiciones de terreno hacia mediados de diciembre hasta mediados de enero todavía quedan algunos neveros a mitad de montaña, estos nos permiten un tránsito más fluidos comparados con los pedreros y acarreos que afloran ante la ausencia de nieve hacia mediados de febrero y marzo. Este tipo de ambiente requiere de muy buen estado físico, no solo para intentar la cumbre, sino también para enfrentar la bajada.

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Aguantando la fuerza del viento para obtener la vista al glaciar.

Hacia fines de temporada en coincidencia con el fin del verano y el principio del otoño los días se hacen más cortos y fríos pero a diferencia de principios de temporada queda muy poca nieve o casi nada. La presencia de pedreros y acarreos exige prestar atenciones a las piedras sueltas y escalones. La probabilidad de nevadas aumenta y cuando ocurren cubren las piedras superficialmente ocultando obstáculos. La disponibilidad de agua en cercanías de la zona de refugios suele ser crítica, por lo que recomendamos disponer de depósitos extra para almacenar liquido. Respecto del estado físico en esta época hay que prestar mucha atención en la bajada que demanda gran energía y concentración.

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Vista de la cara sur desde Chapelco

El Volcán Lanín es muy lindo por que ofrece muchas posibilidades para todos los montañeros, a los más comprometidos e intrépidos ofrece la cara sur cuya progresión exige de la escalada en hielo y la cara este que es hermosa, con un ambiente increíble y muy linda y pronunciada pendiente para los que ya hicieron la ruta normal. A los mejores esquiadores les ofrece pendientes hermosas y buena nieva hasta bien avanzada la primavera y a los principiantes les ofrece un largo periodo de ascensos con características bien diferentes.  

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